{{responseMessage}}
Frente a tus ojos
el Mediterráneo, la piscina, el huerto…
Y los platos locales:
Creativos en La Mesa d'Es Vedrà,
deliciosos en Los Olivos,
frescos en La Mirada...
Como auténticas postales de viaje.
Frente a tus ojos el Mediterráneo, la piscina, el huerto… Y los platos locales: Creativos en La Mesa d'Es Vedrà, deliciosos en Los Olivos, frescos en La Mirada... Como auténticas postales de viaje.
La piscina azul frente a la mesa y un poco más allá el famoso Es Vedrà. En este escenario los sabores baleares te esperan por partida doble. Primero, un bufé para desayunar. Luego, un poco más tarde, una cocina mediterránea y elaborada: berenjena a la brasa con sobrasada, miel y queso de Mahón; tartar de tomate, stracciatella, helado de albahaca y yuca crujiente; caldereta de langosta… Saborea la región sin moverte.
El calor abre el apetito. En este restaurante abierto podrás degustar una variedad de sencillos platos de la zona, desde croquetas hasta sorbete y macedonia pasando por gazpacho, un plato de jamón ibérico, pulpo a la plancha, patatas fritas... Perfecto entre dos largos en la piscina o para una tarde de relax.
La carta de esta terraza nocturna con vistas al mar y a Es Vedrà incluye: navaja, jugo de oliva gordal y polvo de tapenade; bonito soasado, ponzu de tomate y huevas de trucha; tataki de wagyu; vinagreta de ciruela y patata crujiente; puerro confitado, ajo blanco y jengibre... Platos al natural acompañados de logrados cócteles. Gran idea.
« Me gusta compartir la autenticidad, la delicadeza y la frescura de la cocina balear. »
Estas son palabras de Baltasar Rigo, el nuevo chef de Petunia. Nacido en Mallorca, se inició en la profesión de la mano de sus padres para más tarde seguir su propio camino entre los fogones del Museo Guggenheim, el restaurante Pakta de Albert Adrià y restaurantes de grandes hoteles.
« Me gusta compartir la autenticidad, la delicadeza y la frescura de la cocina balear. »
Estas son palabras de Baltasar Rigo, el nuevo chef de Petunia. Nacido en Mallorca, se inició en la profesión de la mano de sus padres para más tarde seguir su propio camino entre los fogones del Museo Guggenheim, el restaurante Pakta de Albert Adrià y restaurantes de grandes hoteles.
